24 de febrero de 2015

Los tres benteveos :¡Uno para todos y todo para mí ! ¡Glup!

¡Leer antes de compartir con los niños!

La primera vez que los vi estaban posados sobre el aro de basquet de mi vecino.
En la tierra del Manu Ginóbili ( jugador argentino de básquet - San Antonio Spurs),los aros son más frecuentes que los árboles. Éstos son escasos naturalmente y se ven obligados a crecer achaparrados para poder soportar los fuertes vientos que imperan en la entrada de la patagonia argentina. 
                                                                                              
Desde lejos no distinguía si eran adultos o pichones, por lo que corrí a buscar la cámara.
¡Eran dos pichones! Feliz, casi con orgullo de abuela, se lo comenté a mi marido:
-"¡Tenemos dos pichoncitos de benteveos!.Nunca vi dos juntos..."
-"Ajá", contestó semidormido,
abrazándome e intentando dulcemente, que me quedara quieta y callada...

Eran las 8:00 de la mañana del domingo 4 de enero del 2015.

Pero no pude quedarme quieta, a la media hora, decidí dejarlo en paz y me levante a prepararme el desayuno.
Estaba en eso, cuando veo otro pichón volando del techo del quincho hasta el borde de la pileta.
Se lo veía miserable y no entendía por qué. Temí que se fuera a caer al agua . Me quedé observándolo, decidiendo si debía o no, acercarme para ver si estaba enfermo. 


Entonces me dí cuenta, era esa pluma pegada en la pata, lo que le daba un aspecto desprolijo. Y la cola con las plumas timoneras raspadas me hacía pensar que había participado de una pelea. 
No sé por qué el tiempo se estira cuando se siente angustia. Sólo habían pasado dos interminables minutos  cuando llegó la madre y lo hizo volar hasta un árbol.

"Machi, la naturaleza puede arreglárselas sin vos"- pensé. 
Y volví a la cama, con la bandeja del desayuno para dos, intentando con esa buena acción, suavizar el madrugón del domingo.

Pasado un par de días, escucho un bochinche infernal.- ¿Qué pasa que esa madre no les da de comer?- pensé sin siquiera haberlos visto.
Es increíble el nudo en el estómago que se me forma cada vez que escucho a un pichón pidiendo comida.Tal vez la fibra maternal no se limita sólo al llanto de un bebé, y siento esa necesidad de "hacer algo" como cuando había que darle la leche a mis hijos.

Entonces me asomé al jardín y me encantó lo que ví. Los pichoncitos que había visto dos días antes eran hermanitos y ¡tres!
De espalda se reconoce a "cola cortada".
Lo primero que pensé, es que sin ir al jardín de infantes , esos pichones ya reconocían los colores...la manguera negra, blanca y amarilla, les resultaba maternal...son sus propios colores...¿casualidad o estaban buscando mimetizarse con el medio para pasar desapercibidos?

(Mientras escribo, escucho a uno de ellos llamar, ya como un adulto, con el" bicho feo" entero, a sus hermanos, los cuales desde otros puntos de la manzana le contestan)

Lo segundo que me llamó la atención es que levantaban algo...y no sabía qué...pensé en una hoja..pero no ...lo picoteaban, lo levantaban y lo golpeaban...¿qué era? A falta de agudeza visual, bienvenido sea el zoom.
A ver...



La postura con la boca abierta (que hace "cola cortada") y haciendo un ruido como el del inflador de una bicicleta al subir y bajar el émbolo, éso, es un pedido de alimento...vemos que un hermanito le pide comida a otro...cosa que  me sorprendió. Siempre había visto  el pedido hacia los padres.
¡¡¡ERA UN RATONCITO!!!! 
¡Se me quemaron los papeles! Tenía que googlear esto urgente! Siempre los había visto cazar insectos o arañas...supuse que comerían pequeños vertebrados...
foto del 21/3/2014 comiendo una arañita.
¡Pero estos pichones eran unos agrandados!¡¿Qué se creían, águilas?

 La investigación vendría después, ahora tenía que filmarlos.(Al final de esta historia está el link de la filmación).

El caso es que el que el pichón empezó a tragar la laucha entera. Sí, como si fuera una serpiente, y golpeaba la parte que sobresalía, mientras que "cola cortada"  picoteaba las patitas de la presa.
El otro hermanito me parece que se dió cuenta que eso no iba a andar y seguía llamando a la madre.( Si el canto es "bicho feo", ellos nada más la llamaban con el "feo").
Francamente me asusté, y recordé que cuando uno filma la vida salvaje no debe intervenir....pero ese pichón se iba ahogar...vamos ¿Qué hubieran hecho ustedes si ven algo así?





Así se quedo un ratito, agitado, con medio ratoncito afuera y medio adentro...

Cuando estaba por desesperar, veo que lo empieza a vomitar...(y yo a respirar)




Y lógico ¡ Si ese ratón era tres talles más grande que su boca!

Con desesperación intentan romperlo, pero el cuero era fuerte.
Mientras tanto llega la madre, sorprendida de que no se lo hubieran comido. Por suerte traía algo más chiquito para calmar el hambre, pero alcanzó para uno solo. El resto piaba con más ansiedad.

El grado de desconcierto era terrible,¡Pobre madre!
Desesperada va a buscar ciruelas, pero quedaban muy poquitas en el árbol. 
Entonces con bravura se peleó con una calandria, ambas tenían crías que alimentar.(ejemplo de competencia interespecífica)


La benteveo se salió con la suya y pudo darle un pedazo a cada pichón. Pero eso no los conformó, y seguían suplicando por comida. 

Yo los había empezado a observar a las 16:30 hs. y eran las 17:00 y todavía estos pichones tenían la panza vacía. 

Mis dos hijos se llevan un año de diferencia, doce pañales diarios, y 8 mamaderas y papilla al mismo tiempo, me hicieron entender que una manito no le iba a venir mal a esta linda mamá.

Fui a la heladera, tomé un trozo de pechuga de pollo, lo piqué en trozos pequeños y lo desparramé por todo el jardín.De esa forma, tanto los benteveos como la calandrias iban a poder comer.
Les juro que la mamá se quedo mirando qué hacía y comprendió enseguida... 

Fíjense en los picos, así van a poder distinguir los pichones -que tienen boqueras amarillas en las comisuras del pico- de la madre- que tiene todo el pico negro. Esas boqueras se ven en muchos pichones y sirven como estímulo para que los padres los alimenten.                                                                                                             
la mamá ofreciéndoles pollo.



Mientras tanto la calandria aprovechó y comió una ciruela que rodó.
El pichon  de calandria grande (Mimus saturninus) tiene el pecho barrado ( rayitas verticales) y boqueras.


Al fin, los pichones y adultos comieron hasta saciarse y reinó la calma, por unas horas, en mi jardín.

No te pierdas el video , es más emocionante!



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